
"Las leyes son como las telarañas,ya que si algo indefenso e insignificante cae en ellas, lo atrapan con fuerza, pero si cae algo grande en ellas, rompe la trampa y escapa."
MAGAZINE ERRÁTICO DE ACTUALIDAD NECRÓTICA
TANK GIRL (Tank Girl, 1995)
Dir.: Rachel Talalay.
Prot.: Lori Petty, Naomi Watts, Ice-T, Malcolm McDowell.
La subversiva tira cómica de Jamie Hewlett y Alan Martin sirvió como base para este film de la australiana Rachel Talalay, protagonizado por Lori Petty, una por aquel entonces desconocida Naomi Watts, y un histriónico Malcolm McDowell, como siempre recordando su memorable interpretación en "La Naranja Mecánica". La trama sigue a una alocada superviviente de un holocausto meteorítico tras el cual la Tierra se ha quedado casi sin una gotica de agua y una megacorporación (dirigida por McDowell) controla los acuíferos existentes. Obviamente, son malos de la ostia. Obviamente, matarán a la familia de la prota, mascotas incluidas (bueno, salvo una criaja ahostiable que es la viva imagen de la perniciosa influencia de la MTV en el lenguaje de nuestros infantes), Y, obviamente, nuestra aguerrida heroína les dará una patada en su corporativo culo, apoyada por su temible ejército de... ¿canguros mutantes?
A diferencia de otras producciones que enarbolan el "¡La venganza es mía!" como estandarte, "Tank Girl" destila humor. Chorrea humor. Lo vomita. Se pilla, ¿no?. De punta a punta, comenzando con los delirantes títulos de crédito (acompañados por un apropiado "Girl U Want", de los Devo) hasta el explosivo (y absurdo) final, la producción muestra una vis cómica gamberra, juvenil, fresca, y completamente irracional. La interpretación de Lori Petty como Tank Girl es tan elástica y aleatoria como podría esperarse de un personaje de cómic (y en especial de ESE personaje), desde el asalto final al almacen del malo malote, hasta sus enseñanzas de "cómo ser una amazona indomable" (oigs) a Jet Girl (irreconocible Naomi Watts).
Como toda buena joya de caspa kitsch que se precie, o la amas o la odias. No hay término medio.
VAN HELSING (Van Helsing, 2004)
Dir.: Stephen Sommers.
Prot.: Hugh Jackman, Kate Beckinsale, Richard Roxburgh.
Al lado de la definición de "pastiche" en el diccionario de la RAE, hay una foto de esta película. También la habría al lado de la definición de "cagada", si no fuera porque la adaptación en OVA´s de Daydream fue más rápida y le quito el puesto.
La trama (o, más bien, el intento por parte de los guionistas de crear una), sigue las aventuras de Gabriel Van Helsing (pronúnciese con acento de supervillano cutre de Europa del Este), matabichos y agente paranormal del Vaticano en su lucha contra el temible Conde Drácula. Si no fuera porque el conde parece más un barman de Chueca que un terrible vampiro centenario, podríamos calificarlo de "terrible" sin carcajearnos a gusto. En todo este popurrí fílmico también aparecen el Hombre Lobo, un increíblemente inteligente Monstruo de Frankenstein y una aparición estelar al comienzo de la película del Dr. Jeckyll y su contrapartida maléfica. La trama, afortunadamente, no es mas que una mera excusa para que los bichardos se den de ostias a gusto, convirtiendo el film en el equivalente fantaterrorífico de un combate de Pressing Catch.
Personalmente, lo tengo muy claro. Si esta película tuviera unos cuantos ceros menos en su presupuesto, se habría convertido en un icono inmediato de los freaks del cine más costroso y arrastrado. Lo tiene todo: guión inexistente, trama ridícula, interpretaciones balanceándose entre el abismo de lo inexistente y el de lo risible, efectos especiales cutres... Y por si fuera poco, es horrible, increíblemente divertida. La dirección de Sommers es dinámica y descarada, flipándose a gusto con los travellings, panorámicas, y demás zarandajas, acercándose por momentos al Peter Jackson más desmelenado. Aunque hay ciertos toques de clasicismo (léase la brillante introducción en blanco y negro), en todo momento nadie se toma en serio la disparatada narración. Ni siquiera el compositor: la BSO parece sacada más de un viejo serial radiofónico de "La Sombra" o "Doc Savage" que de una película con ínfulas de seriedad. Indispensable.
LA ISLA DE LAS CABEZAS CORTADAS (Cutthroat Island, 1995)
Dir.: Renny Harlin
Prot.: Geena Davis, Matthew Modine, Frank Langella.
El mejor fracaso de público y crítica de la historia. Posiblemente, esa sea una definición que se adpate bastante bien a las características de "La Isla de las Cabezas Cortadas".
La capitana Morgan Adams (Geena Davis), ayudada por el mujeriego, encantador y descarado William Shaw, y buscada en todo el Caribe por las autoridades británicas y por su psicótico tío Dawg Brown (Frank Langella), emprende la búsqueda del tesoro que su abuelo y su tripulación escondió en la legendaria Isla de las Cabezas Cortadas. Entre el fastuoso tesoro y ella se interpondran motines, tormentas, emboscadas, traiciones y varias -y espectaculares- batallas, tanto terrestres como marítimas. ¿Conseguirá hacerse con el codiciado botín?
Tan sencillo como eso: una película de piratas de las de toda la vida. Casi sólo falta ver la estampa apolínea e insolente de Errol Flynn, en su sempiterna camisa de lino con la pechera siempre abierta, para convencernos de que hemos entrado en el Cine del Tiempo. Cierto, como buen director de acción ochentero, Harlin nos provoca una sobredosis de explosiones y pirotecnia variada un tanto anacrónica, pero el espíritu es el mismo: el espíritu de la aventura pura, el sense of wonder tan típicamente adolescente de identificarse con un arrojado y noble pirata que surca los siete mares en busca de un legendario tesoro, enterrado en una ignota y selvática isla (caníbales incorporados de serie), mientras te persigue algún pirata rival o la Marina Británica. Stevenson, cuánto te debemos.
Teniendo en cuenta todo esto, por favor, explíquenme qué salió mal. Cual fue la razón de que esta película redefiniera el concepto de "debacle", liquidara ella solita a los estudios Carolco ( responsables de algunos de los mayores taquillazos de la historia, como "Terminator 2". Casi ná, vamos) y el matrimonio entre Renny Harlin y Geena Davis. ¿Acaso el público no estaba preparado para un revival pirata a mediados de los 90, cuando todavía había cine de acción y aventuras decente, y hubo que esperar a casi diez años después para que Jack Sparrow y sus mesnadas imbuyeran de nueva vida al espástico y parcialmente cadavérico género de la aventura desmelenada? No lo sé. Lo único que sé es que esta película tendría que haberse merecido mucho, mucho más.
DÍAS DE GARAGE (Garage Days, 2002)
Dir.: Alex Proyas.
Prot.: Kick Gurry, Pia Miranda, Maya Stange.
Antes de empezar, responderé a las dos preguntas que deberán de estar ansiosos por ver respondidas en estos momentos. Si, Alex Proyas es el responsable de "El Cuervo". No, "Días de Garage" no es una goticada. Lo cual nos lleva a la pregunta de qué es Días de Garage. Pues un auténtico desmelene.
La trama sigue a una oscura banda de rock australiana con la aspiración de convertirse en los nuevos AC/DC. Son jóvenes, son nuevos, pero tienen entusiasmo y ambición. Por si lidiar con los problemas de una banda emergente (si a su trayectoria profesional se la puede definir así), los amoríos entre los integrantes no hacen más que complicar la situación exponencialmente: Freddy, el cantante, está enamorado de Kate, la novia del guitarrista, Joe; éste, a su vez, divide su tiempo entre ponerle los cuernos a Kate con un gótica siniestroide (nada de una princesita de las tinieblas con aires de augur fatídico: una gótica de las de verdad, de esas que dejan marcas después de cada polvo), y mostrar atisbos de esquizofrenia. A su vez, Tanya, la bajista, es oficialmente novia de Freddy, pero no parece muy contenta con su noviazgo. ¿Y el batería? Mmm, dejémoslo en que "está ahí". Así pues, toda esta panda de lelos hiperhormonados irán a trancas y a barrancas superando los diferentes obstáculos que les salgan al paso: los problemas para grabar la maqueta, noticias de embarazos inesperados, lidiar con las discográficas, un mánager al que, muy eufemísticamente, se podría definir como inútil terminal... Al final, conseguirán tocar en uno de los principales festivales australianos, pero... ¿alcanzarán al final el ansiado éxito?
Después de hora y media de absolutas carcajadas, dirección talentosa, una excelente vis cómica de los actores, acertadas puyas al mundo de la música (Alex Proyas dirigió muchos videoclips antes de adentrarse en el terreno de la realización cinematográfica, y sabe lo que se dice), una estupenda banda sonora, la respuesta mayoritaria será un "¿y a quién coño le importa?". Lo único que el espectador desea es que este retrato cómico y un tanto agrio de los sueños imposibles de juventud no cese, y que a esa banda de entrañables perdedores les sigan saliendo baches en el camino. Para que la diversión no concluya. Cierto es que al final le falta algo de bilis, cayendo un tanto en el topicazo de "vamos-a-ser-buenos-y-darles-un-happy-ending" en plan de por los esfuerzos invertidos, y no se ve la amarga representación de la nostalgia traicionada y del peterpanismo (especialmente doloroso es cuando Freddy observa un día que su bar de confianza se ha convertido en un casino barato for exigencias comerciales), pero sólo por eso no es de recibo crucificar al film. En definitiva, una película que, como casi todas de esta lista, se tendría que haber merecido más.
STARSHIP TROOPERS (LAS BRIGADAS DEL ESPACIO) (Starship Troopers, 1997)
Dir.: Paul Verhoeven.
Prot.: Casper Van Dien, Denise Richards, Dina Meyer, Michael Ironside.
"Starship Troopers" debe de ser una de las obras más incomprendidas de la historia, junto a "El Príncipe" de Maquiavelo y la bibliografía completa de Nieztsche. Aunque no se puede decir que fuera un debacle sorprendente. ¿Qué puede salir si juntamos a uno de los directores más viscerales, subversivos e insolentes del panorama hollywoodiense, una novela rayana en el parafascismo, ultraviolencia, desnudos... y las caras más guapas de los culebrones adolescentes americanos?
Antes de que a alguien se le ocurra la respuesta, voy a darla por vosotros. Un fracaso.
La película nos presenta un futuro aparentemente utópico donde todo el mundo es rico, guapo, feliz, y tiene una dentadura perfecta. Las ciudades están colmadas de altas torres de cristal y acero que se elevan desafiantes hacia el cielo, la tecnología está en un momento cumbre, todos son felices, guapos, impecablemente vestidos y tienen seguro dental a todo riesgo. Qué guay, ¿no? Pues no. Este perfecto y ordenado mundo tiene un pequeño inconveniente: esta regido por una rígida dictadura militar, camuflada de democracia populista: sólo los veteranos militares tienen derecho a voto. Este hecho, que en la novela original le servía a Heinlein para rellenar 300 páginas de retórica jingoísta y probélica, es utilizado por Verhoeven para retratar la paja nazi defiitiva, al igual que Norman Spinrad hizo lo propio mofándose de las historias clásicas de la "Edad Dorada" de la ci-fi (edad a la cual, mira tú, pertenece "Starship Troopers". Qué cosas, oye) en su terrorífico "El Sueño de Hierro" (de largo, la novela más perturbadora que me he leído en lo que llevo de año. Y si no, relean la crítica que puse hace un tiempecillo). Y, al igual que Spinrad, no deja títere con cabeza.
La historia sigue los avatares de una serie de reclutas en el ejercito de la Federación Terrena: Johnny Rico, Cármen Ibáñez y Dizzy Flores (entre otros). Su vida cambia el día que una raza de alienígenas arácnidos decide atacar la Tierra, y son movilizados para combatir en la guerra. Donde, como en la vida real, sólo encontraran dolor.
Como decíamos antes, esta película fue muy malinterpetada. Principalmente por la extrema sutilidad que muestra: la mala leche y la bilis que destila están escudadas tras una barrera de alegre caramelo y dulces colores pastel. La Federación se nos presenta como un lugar idílico, deseable incluso. A pesar de que sólo los veteranos puedan votar, un civil normal no tiene ninguna restricción en sus derechos civiles. Luego empezamos a ver la fea cara debajo del rostro bioesculpido de la Federación. La censura impera en todas partes, siguiendo unos patrones de moralidad estrictos. La propaganda campa a sus anchas, recordando a la población en todo momento cuán bueno es su gobierno y cuán malvada es la especie alienígena a fumigar. Los juicios rápidos (nada de esas tonterías que tenemos aquí: llegas, te delcaran culpable y te mandan a la silla eléctrica. Ejecución radiada por las ondas estatales inclusive) hacen de la ley su coto de caza particular. Y el estamento militar introduce sus tentáculos en cada uno de los aspectos de la sociedad. Véase si no ese terrorífico anuncio donde, bajo la bandera del lema "Un mundo que funciona", unos veteranos reparten a una panda de ilusionados niños burgueses puñados de balas de sus rifles, como si de montones de dulces gominolas de plomo se tratase. Como decíamos, la paja nazi definitiva... pero una fantasía masturbatoria sospechosamente parecida al sueño húmedo de tu neocon medio. Sólo en los momentos que la crudeza y la violencia sin sentido de la guerra (genialmente retratada con los gráficos efectos especiales de Phil Tippet) invaden el horizonte, la frágil máscara de belleza artificial cae hecha pedazos y se muestran los gusanos devorando la pútrida carne muerta de la verdad tras este envidiable mundo.
Ya lo demostró Aldous Huxley hace años, y Paul Verhoeven nos lo vuelve a recordar. Las utopías son tramposas por definición.
(Esta es la primera mitad del artículo. La segunda mitad será publicada próximamente).
Saludos desde OK Corral
¡Eh, tú! Sí, tu, el que está leyendo esto. Dices que no te respetan, que la gente te obvia como si fueras un mueble, que las mujeres te dan la espalda ante tus elaboradas reformulaciones del rito de cortejo humano, ¿verdad? Si es así, tengo la solución perfecta a tus problemas. Dan Brown reventó las listas de venta con sus best sellers, y ahora tiene toda la pasta, respeto y mujeres que pueda desear, ¿cierto? Pues bien, ahí tienes tu pasaporte al éxito, la fama, las orgías y las muertes por sobredosis, hacia el paraíso de la jet set. ¡Conviértete en un afamado escritor de best sellers! Aunque claro, la elección de género puede resultar algo farragosa. Dan Brown y Tom Clancy copan el mercado de los tecno-thrillers, Michael Crichton el de la ciencia ficción (o algo así), y Stephen King es imbatible en las listas de terror. ¿Qué hacer, entonces? En estas situaciones es cuando un hombre debe de reflotar su iniciativa y su inventiva para prosperar. Así es, como si de un colono de la palabra impresa, debemos buscar pastos más floridos donde plantar nuestros árboles de ganar dinero. La fantasía heroica es un terreno virgen dispuesto a ser desflorado; lo más cercano que tenemos a escritores de best sellers en el sector es J.R.R. Tolkien y George R.R. Martin. Y vamos, ¿qué hombre entusiasta y emprendedor es incapaz de batir a un fiambre y a un tipo gordo y feo? Con la ayuda adecuada, el dinero lloverá del cielo como rosquillas. Y claro, Tombstone Express siempre estará ahí para echar una manita (las comisiones se negociarán luego)
Así pues, ¿qué tenemos que hacer para convertirnos en una estrella mediática de la noche a la mañana sin asesinar y torturar a 52 personas? Vayamos paso a paso...
ANTES DE NADA, UN POCO DE BRAND MANAGEMENT...
Recuerda: tú eres tu propio anuncio. Como en toda buena empresa, el logotipo tiene que mimarse y cuidarse con delicadeza, o se echará a perder. Ya no eres ese pringao gris y mediocre que se levanta todos los días a las 7 de la mañana para aguantar a un jefe soplapollas en un trabajo que no soporta. De la noche a la mañana te has convertido en una personalidad, alguien en el que un patético patán como el que tú eras antes pueda ver reflejado toda sus aspiraciones y sus metas, un avatar semidivino. El puto amo, en definitiva.
No existe una serie de parámetros fijos que garanticen este paso, pero podemos dar una serie de consejos que ayuden en lo fundamental:
- Basa tu imagen en el misterio. Que tu figura esté envuelta en la bruma de la incertidumbre y el exotismo, con cosas como:
Esto solo son unos ejemplos. No temas contradecirte; el 90% de los periodistas de este país recibieron muchas palizas de los grises en los días de la Transición defendiendo la democracia y les une una prolongada y profunda amistad con la Familia Real. Si nadie lo nota en los prohombres de la nación, ¿cómo se van a dar cuenta de ello en el próximo producto desechable de la moda?
Y por el amor de Moore, si no has oído la palabra "misterio" mas que en las novelas de Agatha Christie, contrata a un representante. Déjale el trabajo a los profesionales
- Apúntate a toda moda progre que invada los titulares de las revistas. ¡Salvad las ballenas! ¡No a la violencia de género! ¡Salvemos la música, salvemos el cine! ¡Acabemos con la discrimación del guacamayo paticorto a rayas multicolores en los programas televisivos sobre animales! Todo vale para demostrar lo concienciado que eres. Por supuesto, eres un ferviente defensor de la legalización de la marihuana, has probado muchas clase de sustancias para alterar la conciencia y entrar en tus trances místicos (nada de coca, heroína o speed, que son drogas de burgueses decadentes; mescalina o peyote), y este "estado fascista y represor" te ha encerrado "injustamente" muchas veces por ello.
- A pesar de todo esto, no hay que olvidar mantener cierto contacto con el hombre de a pie ¿Lo recuerdas? ¿Ese al que supuestamente tienes que inspirar y hacerle olvidar su asquerosa vida? Si quisiéramos una figura carismática y totalmente alejada de los estándares humanos, te hubiéramos disfrazado de Alien. Lo mejor es no olvidar los orígenes humildes; la retórica David Copperfield fascina a la gente. Si puedes mezclarlo con algun otro detallito de personalidad, como humildad, simpatía, o algo similar, el camelo será definitivo.
¿Que no tienes ninguna de esas características? Pero, a ver, chavalote, ¿de verdad creías que alguien contaba con que las tuvieras? ¿Qué te crees, que aquí estamos creando un santo? Interpreta, majo, interpreta. Que no todo el trabajo lo van a tener que realizar otros.
PONGÁMONOS MANOS A LA OBRA (Y NUNCA MEJOR DICHO)
Bien, y tras todo este extenso trabajo de preproducción, pasemos a crear tu exito multimillonario. Claro, podrías probar a ver si después de haberte convertido en la versión castiza de Tartarín de Tarascón eres capaz de vivir de las rentas únicamente por tu cara bonita (algo que podría ser digno de un futuro estudio), ¿pero en serio vas a basar tus expectativas de vida futuribles en la confianza que tienes en la inteligencia de la opinión pública?
Lo que yo pensaba.
1) Preliminares.
Coge tu diccionario. Si, si, no disimules, que sé que tienes uno por casa. Aunque sólo lo utilices como pisapapeles, que para el caso da igual. Ve a la letra O. Busca la palabra "originalidad". Ya la tienes, ¿no? Bien. Táchala.
Hale, ya estás preparado para empezar a escribir.
2) El trasfondo.
Hay una serie de normas que hay que cumplir a rajatabla para crear una ambientación a gusto del público, que son tal que así:
3) El estilo
El estilo es una parte fundamental de la novela. Es lo que define y lo que le da textura, corazón, alma. Es el caliz de vida que el escritor insufla a su constructo espiritual plasmado con la forma de la palabra escrita.
Esto es lo que uno de esos artistillas pobretones con ánimos intelectualoides podrían decirte acerca del estilo, pero la realidad es que el estilo no es mas que una putada. Un tropezón en la carrera que tiene la fama y la gloria como meta. Pero, claro, te hemos entrenado para que esta batalla la venzas. ¿Ballard? ¿García Márquez? ¿Borges? ¿Auster? ¿Quién narices los conoce? Si, vale, sus libros son muy bonitos, muy elaborados y están muuuy bien escritos, pero ¿cuanto venden? Menos de lo que vendería yo si comercializara un libro fotográfico con una manada de descerebrados haciendo calvos. Si quieres calar adecuadamente a la gente, escribe como si escribieras una carta para tu sobrino que va a primaria. "Fulanito comió comida. Se levantó y rompió puerta de patada. Fulanito ser mucho, mucho fuerte". Así seguro que nadie se quejará por deficiencias comprensivas.
4) El tono
De acuerdo, formalmente tu novela es tan masticable que llega casi al nivel de vómito literario. ¿Pero qué pasa con el tono? Queremos que sea facilona, no genérica (o al menos no TAN genérica). Así pues, tenemos una palabra para tí. ÉPICO. Este género es épico. Tienes que dar la impresión de que todo lo que estás contando es de una grandiosidad descomunal, hasta el acto más nimio. Cuando los personajes van a cagar, la falta de fibra hace que los músculos gástricos libren una encarnizada y deseperada batalla para expulsar la pelota de plasta hiperconcentrada de sus terrenos. Cuando pelan un huevo duro, ejecutan una técnica secreta para expulsar todos los pedazos de cáscara al únísono de la inmaculada superficie, mientras intentan evitar que se cuele bajo sus uñas un pedazo que pueda provocar una septicemia generalizada y la muerte del héroe. Así todo el rato.
Para que seas capaz de captar mejor el tono de la obra, trata de imprimir lo que conocemos como "formato Biblia". Imagínate a un profeta majareta declamando filípicas hacia el cielo sobre un montón de rocas que se yerguen traicioneramente sobre la superficie del mar, donde las olas se estrellan estrepitosamente, y con una tormenta de rayos en curso. Esa imagen puede ilustrar bastante fidedignamente el tono buscado.
Ya sé, es una imagen bastante ridícula. Pero, qué se le va a hacer, así es el género.
5) Los personajes
6) El final
Los héroes vencen. El mal es derrotado. El villano muere entre horribles explosiones. El héroe y la heroína se reunen y se casan. Tienen hijos y son repelentenemente felices para el resto de sus vidas. Suenan las fanfarrias y se baja el telón.
¿Qué? ¿Acaso esperabas otra cosa?
THE AFTERMATH
Bien, ya tienes tu éxito en potencia en las manos, ¿verdad? Pues ya sabes lo que toca. Más promoción, ventas multimillonarias, un par de escándalos (nunca hay mala publicidad, recuérdalo), firma de ejemplares, invitaciones a programas de televisión, entrevistas, conferencias sobre la importancia del contenido en la obra literaria, más promoción...
Recuerda la palabra mágica: misterio. Como decíamos en el primer párrafo, todo el tinglado se basa en el misterio. Si alguien descubre que no eres mas que pura fachada, date por jodido. Revisa las primeras líneas de toda esta parrafada. Con un poco de suerte, descubrirás un día que podrás tomar bocatas de caviar con la pasta que has acumulado.
¿Cómo? ¿Que como has escogido como género literarario uno tan condenadamente friki como la fantasía heroica sólo tienes alrededor un montón de frikis gordópilos y granulientos en vez de las despampanantes top models que esperabas? Aaaamigo. La vida es dura. Si eso es lo que querías haber nacido llamándote Hugh Hefner, y lo hubieras tenido a porrillo. Ahora, ajo y agua.
¿A qué esperas? Miles de prometedores bluffs literarios se entrenan todos los días en el dominio del estereotipo y el cliché. ¿Vas a ser tú menos que ellos? ¡Tú también puedes ser una estrella fugaz en el famoseo nacional! ¡Sigue estos pasos, y la próxima camiseta de moda tendrá TU rostro impreso en ella! ¡Podrás ser rico y vivir del cuento, como todo hombre de provecho que merezca ese nombre! Sólo una decisión te separa de ello. ¿Dejarás pasar tu oportunidad?
Saludos desde OK Corral
(Copyright Tombstone Express 2006. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. O no.)