jueves, mayo 25, 2006

A lo Lovecraft (I)

"Nunca se percatará el ser humano que en nuestra núbil ignorancia de los asuntos que se desarrollan más allá de dónde las ataduras que nuestra propia fragilidad nos permite llegar es precisamente en donde reside la clave de nuestra seguridad. El hombre, al fin y al cabo no más que los despojos de antiguos experimentos realizados por razas primigenias que arribaron en este rincón perdido del Universo cuando el tiempo no era tal, mira la pureza inmaculada del cielo y se siente arropado por fuerzas ulteriores, inconsciente que detrás de esa falsa máscara azulada se encuentra una vacua negritud, donde todo lo que aquí damos por supuesto puede ser engullido y eliminado por caóticas mareas de pensamiento y acción, capaces de revertir la supuesta inmutabilidad de las leyes físicas y biológicas.

Sin embargo, siempre han existido individuos que, ignorando ese sentimiento visceral que en las partes más agrestes y salvajes de nuestro subcosnciente nos advierte del horror que nos espera si traspasamos ese delicado velo que nos protege del vacío, han mirado la pálida luz que llega de las estrellas y más allá. La locura o incluso el dulce olvido que provoca la muerte ha acompañado a esos seres temerarios e insensatos a lo largo de sus esporádicas apariciones en la historia; sin embargo, aún siendo terribles sus innombrables periplos a través del nicho oscuro que se agazapa tras el telón de la razón, más terrible es el hecho que, como si de un infame foco vírico se tratase, dejaron un rastro de miguitas que llevan a más y más hombres incautos a su mismo aciago destino. Gente como el mil veces maldito Abdul Alhazred, el Árabe Loco, escritor del grotesco "Necronomicon", que dejó al mundo ese compendio de maldades inenarrables, entre las que se encontraba uno de los escasos retratos fidedignos de la terrible y grandiosa Irem la Magnífica, la Ciudad de los Mil Pilares. Gente como Friedrich von Juntz. ¡Insensato loco! Tras una vida de viajes y descubrimientos blasfemos, recopilados en el negro "Unaussprechlichen Kulten", murió con el horror pintado en su rostro, en una habitación sellada y clausurada, con los cardenales provocados por las férreas garras que lo asesinaron aún marcados en su cuello. Así, conocimientos que no tienen cabida en nuestra pobre y simiesca psique se niegan a desaparecer de la superficie de esta infausta mota de polvo sobre la que navegamos en el vacío estelar.

Desgraciadamente para muchos hombres honestos, este saber no les llega únicamente a los que lo buscan activamente, sino también a muchos incautos sin ninguna relación con todo este horror que repta bajo nuestra ilusión de estabilidad y seguridad. Si la tragedia de aquellos imprudentes que persiguen al tigre en su territorio resulta lamentable, aún más resulta la de aquellos que reciben dicha desgracia caída del cielo, como lanzada por un arbitrario demiurgo que encuentra la diversión en el sufrimiento de las hormigas que observa con diversión y crueldad infantiles. Mi amigo Martin Chalmers, investigador de seguros para una pequeña compañía de Arkham fue uno de esos hombres. Y yo, Francis Winfield, destinatario y albacea de su última voluntad y testamento, sólo puedo rogar a Dios, si es que hay alguna clase de Dios que escuche mis pobres ruegos bajo este cielo que ya nunca más me resultará seguro ni tranquilizador, que nunca más se vuelva a acercar el horror que destruyó a mi mejor amigo y me provoca pesadillas desde entonces.

(continuará...)

jueves, mayo 04, 2006

Citas (I)



- ¡Qué afortunados somos de que haya cineastas tan sabios y valerosos como Lars von Trier! ¿Quién más se hubiera atrevido a decir que la esclavitud es mala?

(Pablo del Moral, crítico cinematográfico, en su crítica sobre Manderlay)

martes, mayo 02, 2006

Cómo crear un superéxito de la fantasía heroica

¡Eh, tú! Sí, tu, el que está leyendo esto. Dices que no te respetan, que la gente te obvia como si fueras un mueble, que las mujeres te dan la espalda ante tus elaboradas reformulaciones del rito de cortejo humano, ¿verdad? Si es así, tengo la solución perfecta a tus problemas. Dan Brown reventó las listas de venta con sus best sellers, y ahora tiene toda la pasta, respeto y mujeres que pueda desear, ¿cierto? Pues bien, ahí tienes tu pasaporte al éxito, la fama, las orgías y las muertes por sobredosis, hacia el paraíso de la jet set. ¡Conviértete en un afamado escritor de best sellers! Aunque claro, la elección de género puede resultar algo farragosa. Dan Brown y Tom Clancy copan el mercado de los tecno-thrillers, Michael Crichton el de la ciencia ficción (o algo así), y Stephen King es imbatible en las listas de terror. ¿Qué hacer, entonces? En estas situaciones es cuando un hombre debe de reflotar su iniciativa y su inventiva para prosperar. Así es, como si de un colono de la palabra impresa, debemos buscar pastos más floridos donde plantar nuestros árboles de ganar dinero. La fantasía heroica es un terreno virgen dispuesto a ser desflorado; lo más cercano que tenemos a escritores de best sellers en el sector es J.R.R. Tolkien y George R.R. Martin. Y vamos, ¿qué hombre entusiasta y emprendedor es incapaz de batir a un fiambre y a un tipo gordo y feo? Con la ayuda adecuada, el dinero lloverá del cielo como rosquillas. Y claro, Tombstone Express siempre estará ahí para echar una manita (las comisiones se negociarán luego)

Así pues, ¿qué tenemos que hacer para convertirnos en una estrella mediática de la noche a la mañana sin asesinar y torturar a 52 personas? Vayamos paso a paso...



ANTES DE NADA, UN POCO DE BRAND MANAGEMENT...


Recuerda: tú eres tu propio anuncio. Como en toda buena empresa, el logotipo tiene que mimarse y cuidarse con delicadeza, o se echará a perder. Ya no eres ese pringao gris y mediocre que se levanta todos los días a las 7 de la mañana para aguantar a un jefe soplapollas en un trabajo que no soporta. De la noche a la mañana te has convertido en una personalidad, alguien en el que un patético patán como el que tú eras antes pueda ver reflejado toda sus aspiraciones y sus metas, un avatar semidivino. El puto amo, en definitiva.

No existe una serie de parámetros fijos que garanticen este paso, pero podemos dar una serie de consejos que ayuden en lo fundamental:

- Basa tu imagen en el misterio. Que tu figura esté envuelta en la bruma de la incertidumbre y el exotismo, con cosas como:

  • Anécdotas jugosas o espectaculares sobre tus viajes por medio mundo
  • Vestimentas estrafalarias, o exóticas. Di que es un recuerdo de los tiempos que estuviste viviendo con un shaman de una tribu africana que te enseñó todo lo que sabes sobre la cultura y los ritos religiosos mugaitíes, y que era como un padre para tí.
  • Comportamiento excéntrico. Vas a ser un tipo rico dentro de muy poco, y ya se sabe que los millonarios son unos tipos raros...
  • Desapariciones esporádicas durante un tiempo indeterminado. Si tienes la suficiente suerte, conseguirás un día que tus fans digan que has muerto, y que te ha sustituido un clon/doble/sosías, creando un pequeño culto necrofílico subterráneo, basado obviamente en indicios extraídos de tus anteriores novelas y de símbolos crípticos de las portadas de estas. Aunque lo más probable es que te hayas pasado todo este tiempo de putas en Shanghai

Esto solo son unos ejemplos. No temas contradecirte; el 90% de los periodistas de este país recibieron muchas palizas de los grises en los días de la Transición defendiendo la democracia y les une una prolongada y profunda amistad con la Familia Real. Si nadie lo nota en los prohombres de la nación, ¿cómo se van a dar cuenta de ello en el próximo producto desechable de la moda?


Y por el amor de Moore, si no has oído la palabra "misterio" mas que en las novelas de Agatha Christie, contrata a un representante. Déjale el trabajo a los profesionales


- Apúntate a toda moda progre que invada los titulares de las revistas. ¡Salvad las ballenas! ¡No a la violencia de género! ¡Salvemos la música, salvemos el cine! ¡Acabemos con la discrimación del guacamayo paticorto a rayas multicolores en los programas televisivos sobre animales! Todo vale para demostrar lo concienciado que eres. Por supuesto, eres un ferviente defensor de la legalización de la marihuana, has probado muchas clase de sustancias para alterar la conciencia y entrar en tus trances místicos (nada de coca, heroína o speed, que son drogas de burgueses decadentes; mescalina o peyote), y este "estado fascista y represor" te ha encerrado "injustamente" muchas veces por ello.


- A pesar de todo esto, no hay que olvidar mantener cierto contacto con el hombre de a pie ¿Lo recuerdas? ¿Ese al que supuestamente tienes que inspirar y hacerle olvidar su asquerosa vida? Si quisiéramos una figura carismática y totalmente alejada de los estándares humanos, te hubiéramos disfrazado de Alien. Lo mejor es no olvidar los orígenes humildes; la retórica David Copperfield fascina a la gente. Si puedes mezclarlo con algun otro detallito de personalidad, como humildad, simpatía, o algo similar, el camelo será definitivo.


¿Que no tienes ninguna de esas características? Pero, a ver, chavalote, ¿de verdad creías que alguien contaba con que las tuvieras? ¿Qué te crees, que aquí estamos creando un santo? Interpreta, majo, interpreta. Que no todo el trabajo lo van a tener que realizar otros.



PONGÁMONOS MANOS A LA OBRA (Y NUNCA MEJOR DICHO)

Bien, y tras todo este extenso trabajo de preproducción, pasemos a crear tu exito multimillonario. Claro, podrías probar a ver si después de haberte convertido en la versión castiza de Tartarín de Tarascón eres capaz de vivir de las rentas únicamente por tu cara bonita (algo que podría ser digno de un futuro estudio), ¿pero en serio vas a basar tus expectativas de vida futuribles en la confianza que tienes en la inteligencia de la opinión pública?


Lo que yo pensaba.


1) Preliminares.

Coge tu diccionario. Si, si, no disimules, que sé que tienes uno por casa. Aunque sólo lo utilices como pisapapeles, que para el caso da igual. Ve a la letra O. Busca la palabra "originalidad". Ya la tienes, ¿no? Bien. Táchala.


Hale, ya estás preparado para empezar a escribir.


2) El trasfondo.

Hay una serie de normas que hay que cumplir a rajatabla para crear una ambientación a gusto del público, que son tal que así:

  • El libro tiene que ser lo más estereotípicamente medieval, pero sin las partes desagradables y repugnantes de esos siglos. Todo el mundo tiene una dentadura perfecta y no le falta ni un solo diente, hasta los siervos tienen bajo sus harapos unos cuerpos diez hijos del bodybuilding más intensivo, y la suciedad es un poquito de barro reseco que les tizna las caras levemente. En realidad, casi huelen hasta bien.
  • Tiene que haber un rey bueno. Ya se sabe, un tío guay y enrollado al que todo el mundo quiera, que haya promovido muchas obras sociales a lo largo de su vida, que nunca haya empezado una guerra (siempre lo hacen los otros)... Vamos, como Fernando Fernán Gómez en "El Abuelo". Por supuesto, tiene que haber un rey malo que quiera conquistar el reino del rey bueno y que sea todo lo que el gilip... venerable anciano no es: envidioso, déspota, iracundo, putero, maltratador, opresor... En fin, una delicia de hombre. Si se desea, puede ser un hórrido monstruo (pero no un monstruo cualquiera, uno que desprenda cierto halo de dignidad regia, como un vampiro, un liche, un dios demoníaco, etc.), aunque es algo meramente accesorio.
  • Las razas presentes en el mundo. Ya sabes cuales poner: elfos, enanos, gnomos, haditas y demás mariconadas. Los elfos son una panda de modders que hablan como un Yoda al que le aprieten mucho los calzoncillos, los enanos son una panda de retacos más bastos que unas bragas de esparto y parecen un montón de latas de conservas con patas, y los gnomos son una caterva de gordos emporrados que no piensan mas que en zampar a dos carrillos (y parecen tontos, los tíos). Si quieres ser un poco más innovador u original (¡A ver, chico listo! ¿No te dijimos que borraras la palabra "original" de tu diccionario? ¡Pues si no te da la gana hacernos caso, no sé qué puñetas haces leyendo todo esto!), pintas de colorines una de estas tres razas y vas que te matas. Luego les das un lenguaje que sea algo así como la transcripción fonética de un salva de pedos expulsados bajo el agua, y la crítica alabará tu originalidad y visión sin compromisos de la fantasía heroica. ¿Contento, el niño?
  • Guerras. El pasado del mundo en el que se desarrolla la novela está repleto de ellas. A ser posible, también tiene que estar aconteciendo una mientras se desarrolla el relato. No tengo muy claro por qué a la gente le gusta esto, pero parece ser que, cuantas más guerras haya, más se parece el libro al mundo real.
  • El protagonista es un Elegido. Tiene que ser un tipo de orígenes humildes y que de repente se entere de su grandioso Destino (así, com mayúsculas), a ser posible mientras una panda de garrulos feos, musculosos y atontados apiolan a su familia (o a toda su aldea), y el resto del libro seguirá su periplo a lo alrgo del mundo a modo de viaje iniciático (ni puta idea de lo que significa esto, pero ¿a que queda bien? Pues aplícate el cuento)
  • Tiene que aparecer como mínimo un dragón. Period.

3) El estilo

El estilo es una parte fundamental de la novela. Es lo que define y lo que le da textura, corazón, alma. Es el caliz de vida que el escritor insufla a su constructo espiritual plasmado con la forma de la palabra escrita.


Esto es lo que uno de esos artistillas pobretones con ánimos intelectualoides podrían decirte acerca del estilo, pero la realidad es que el estilo no es mas que una putada. Un tropezón en la carrera que tiene la fama y la gloria como meta. Pero, claro, te hemos entrenado para que esta batalla la venzas. ¿Ballard? ¿García Márquez? ¿Borges? ¿Auster? ¿Quién narices los conoce? Si, vale, sus libros son muy bonitos, muy elaborados y están muuuy bien escritos, pero ¿cuanto venden? Menos de lo que vendería yo si comercializara un libro fotográfico con una manada de descerebrados haciendo calvos. Si quieres calar adecuadamente a la gente, escribe como si escribieras una carta para tu sobrino que va a primaria. "Fulanito comió comida. Se levantó y rompió puerta de patada. Fulanito ser mucho, mucho fuerte". Así seguro que nadie se quejará por deficiencias comprensivas.


4) El tono

De acuerdo, formalmente tu novela es tan masticable que llega casi al nivel de vómito literario. ¿Pero qué pasa con el tono? Queremos que sea facilona, no genérica (o al menos no TAN genérica). Así pues, tenemos una palabra para tí. ÉPICO. Este género es épico. Tienes que dar la impresión de que todo lo que estás contando es de una grandiosidad descomunal, hasta el acto más nimio. Cuando los personajes van a cagar, la falta de fibra hace que los músculos gástricos libren una encarnizada y deseperada batalla para expulsar la pelota de plasta hiperconcentrada de sus terrenos. Cuando pelan un huevo duro, ejecutan una técnica secreta para expulsar todos los pedazos de cáscara al únísono de la inmaculada superficie, mientras intentan evitar que se cuele bajo sus uñas un pedazo que pueda provocar una septicemia generalizada y la muerte del héroe. Así todo el rato.


Para que seas capaz de captar mejor el tono de la obra, trata de imprimir lo que conocemos como "formato Biblia". Imagínate a un profeta majareta declamando filípicas hacia el cielo sobre un montón de rocas que se yerguen traicioneramente sobre la superficie del mar, donde las olas se estrellan estrepitosamente, y con una tormenta de rayos en curso. Esa imagen puede ilustrar bastante fidedignamente el tono buscado.


Ya sé, es una imagen bastante ridícula. Pero, qué se le va a hacer, así es el género.


5) Los personajes

  • El protagonista: Es el héroe de la historia, y por consiguiente el tipo en el que se va a ver reflejada la aficción. Por eso mismo, tiene que ser marcadamente tonto (perdón, simple). Mejorará la compenetración entre él y los lectores. En cuanto a su ocupación, lo preferible es que sea un guerrero; sólo Terry Pratchett es capaz de hacer magos tontos que resulten creíbles y cómicos, y TÚ NO ERES TERRY PRATCHETT. Déjale las complicaciones a los que tienen talento. Y tiene que ser obtusamente moral y legal. La gente gusta de cultivar la fantasía que son por naturaleza bondadosos, y que su alter ego literario realmente lo sea puede ayudar a afianzar esa ilusión en su psique. Nunca, repito, NUNCA, le digas al público algo que no quiera oír. Así pues, un ladrón como personaje principal también queda descartado (por razones obvias), salvo que sea un ladrón tontolaba, ergo, altruista, en plan Robin Hood.
  • El compañero gracioso: Físicamente más débil e irrisorio que su compañero, basa su personalidad en los chistes malos, la habilidad para meterse en líos con su enorme bocaza, y en un supuesto carisma que en la práctica es inexistente. Viene a ser algo así como el hermano pequeño del gitano musculoso que aterroriza tu barrio. No aguanta ni dos bofetadas, pero nadie se mete con él porque es sabido que detrás está el destripaterrones del héroe. En un libro de verdad, no tardaría mucho en convertirse en picadillo. En tu novela se trata de algo accesorio: mátalo o no, pero que no cope protagonismo al héroe.
  • La protagonista femenina: Básicamente, su cometido es ser secuestrada por los malotes, y enseñar cachito figuradamente (cometido que se lleva a cabo principalmente en la portada; aprovecha las ventajas de la infografía moderna. Si vives en países represivos y autoritarios, como Irán o los Estados Unidos, exprime al máximo lo que la legislación local te permita. Además, un poquito de polémica nunca le va a venir mal a nadie.). Si consigues que algún friki onanista babee ante tus detalladas descripciones, irás por el buen camino. Vaya, así que eres un "hombre liberado" y tienes reparos morales ante la utilización sexual de una mujer, ¿no? Bien, en ese caso, simplemente la conviertes en una protofeminista (ya sabes, chillona, con ansias de protagonismo, irritante), y dejas que la secuestren igual.
  • El mentor: Primera regla: Tiene que ser viejo. Segundo regla: Tiene que ser cargante. Todo el día con consejos, adivinanazas y parábolas místicas en plan "el delicado nenúfar que flota sobre la traicionera corriente de lágrimas celestes", para que el héroe desarrolle su pleno potencial como guerrero. Piensa en una especie de Pat Morita que te puede fundir a bolazos de fuego Tercera regla: ¡Cárgatelo sin compasión!
  • El villano: Tiene que ser lo bastante malo como para que el público lo odie a muerte y desee su pronto deceso, pero lo suficientemente inútil para que nunca pille al héroe y su grupo. Para disimular un poco sus meteduras de pata, puedes liquidar sin remordimientos a los figurantes, que pueden ser tanto subordinados suyos como pobres víctimas inocentes.
  • Otros: Personajes de segundo plano, figurantes y extras varios. Sólo sirven para morir trágicamente a manos del villano, moemento en el cual el héroe recupera milagrosamente sus ánimos y... Bueno, ya sabes lo que viene después.

6) El final

Los héroes vencen. El mal es derrotado. El villano muere entre horribles explosiones. El héroe y la heroína se reunen y se casan. Tienen hijos y son repelentenemente felices para el resto de sus vidas. Suenan las fanfarrias y se baja el telón.


¿Qué? ¿Acaso esperabas otra cosa?



THE AFTERMATH


Bien, ya tienes tu éxito en potencia en las manos, ¿verdad? Pues ya sabes lo que toca. Más promoción, ventas multimillonarias, un par de escándalos (nunca hay mala publicidad, recuérdalo), firma de ejemplares, invitaciones a programas de televisión, entrevistas, conferencias sobre la importancia del contenido en la obra literaria, más promoción...


Recuerda la palabra mágica: misterio. Como decíamos en el primer párrafo, todo el tinglado se basa en el misterio. Si alguien descubre que no eres mas que pura fachada, date por jodido. Revisa las primeras líneas de toda esta parrafada. Con un poco de suerte, descubrirás un día que podrás tomar bocatas de caviar con la pasta que has acumulado.


¿Cómo? ¿Que como has escogido como género literarario uno tan condenadamente friki como la fantasía heroica sólo tienes alrededor un montón de frikis gordópilos y granulientos en vez de las despampanantes top models que esperabas? Aaaamigo. La vida es dura. Si eso es lo que querías haber nacido llamándote Hugh Hefner, y lo hubieras tenido a porrillo. Ahora, ajo y agua.


¿A qué esperas? Miles de prometedores bluffs literarios se entrenan todos los días en el dominio del estereotipo y el cliché. ¿Vas a ser tú menos que ellos? ¡Tú también puedes ser una estrella fugaz en el famoseo nacional! ¡Sigue estos pasos, y la próxima camiseta de moda tendrá TU rostro impreso en ella! ¡Podrás ser rico y vivir del cuento, como todo hombre de provecho que merezca ese nombre! Sólo una decisión te separa de ello. ¿Dejarás pasar tu oportunidad?


Saludos desde OK Corral


(Copyright Tombstone Express 2006. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia. O no.)

lunes, mayo 01, 2006

Cápsulas de humor elefantino

Por lo general, la adscripción de una nueva página en la sección de enlaces no merecería una entrada propia. El contenido de las páginas suele hablar por sí mismo, básicamente. Pero este nuevo miembro de nuestra alegre web merece la pena ser comentado un poquito más en priofundidad. Para que se hagan una primera idea de la temática de la web, allí va la traducción de uno de los extractos que allí se pueden encontrar:

http://tec.fresqui.com/linux-es-el-cancer-de-america-traduccion

Sorprendente, ¿verdad? Como suelo decir, lo que no se encuentra en Internet es porque no existe. Este blog, de una frescura tan rabiosa, de una contundencia tan demoledora, de un humor tan salvaje que ni siquiera conoce los parámetros de la civilización, va a formar parte de la créme de la créme de esta página. Damas y caballeros, saquemos los sombreros de copa, las pamelas de satén, los relojes de bolsillo dorados, las arañas de cristal, el elefante esmoquin... Damas y caballeros, démosle todos un gran aplauso a ¡SHELLEY THE REPUBLICAN!

Saludos desde OK Corral