lunes, junio 26, 2006

Cumpleaños feliz

Feliz quince cumpleaños, colegón. Recuerdo cuando te ví por primera vez, allá a principios de los 90; te probé en la flamante y recién adquirida Mega Drive de mi tío, indispensable artículo de entretenimiento en mi infancia pre- subcultural, maquinorro que con sus avasalladores 16 bits (qué lejos que queda todo eso ya, ¿eh?) pasó, verbigracia del progreso técnico (mi tío adquiría por fin un PC y decidió hacerle un regalo por todo lo alto a su sobrino en su 9 cumpleaños) a mi extasiado poder. Fueron incontables las partidas en las que disfrute de tus adrenalíticas aventuras, en las que atravesabas a velocidad de vértigo paisajes paradisíacos de praderas verdes, ruinas arcaicas perdidas entre la bruma del olvido, ciudades de neón resplandeciente, y fábricas metálicas de autómatas sin alma. Yo creo que una de las razones que te hacían diferente de la competencia era precisamente eso: la velocidad. Siempre se ha hablado de tus características técnicas, de unos gráficos coloristas y alucinantes que han envejecido con dignidad, de una música cualitativamente superior... pero se suele olvidar lo que te hacían reslatar. Invitabas a correr, a convertirse en un relámpago. Los muchos peligros de las pantallas hacían buscar la prudencia y el comedimiento, pero una vocecilla en el interior de nuestra mente nos exigía enfurecida que nos olvidaramos de los precipicios y de los robots enemigos y que exprimiéramos el acelerador hasta que la adrenalina se secara en nuestras venas. Por eso, resultaba un auténtico placer encontrar un ítem de invencibilidad o de zapatos turbo, porque por fin teníamos excusas para desatar el potencial torbellino en el que te podías convertir. Y tras unas cuantas partidas, el objetivo no era conseguir la mayor cantidad de anillos, ni destruir a la mayor cantidad de robots, ni ver el nuevo aparato infernal con el que Robotnil quería poner fin a tu periplo en busca de su base secreta y de las Esmeraldas del Caos. Al final, lo único que queríamos hacer era hacer saltar por los aires la marca del reloj, ese desafío irresisitible presente en todo momento en la pantalla.

Al tiempo, la familia creció. Apareció Tails, esa especie de mezcla de hermano pequeño/ admirador tan carismático como tú (aunque te cueste reconocerlo), que se empeñaba continuamente en seguir tus pasos; Knuckles, el rival que pasó a ser amigo; la obsesiva Amy y su cómica (al menos para el restod el mundo) fijación con casarse contigo... El universo en el que vivías empezó a cobrar entidad propia paso a paso, ayudado por series televisivas, cómics y demás spin offs que en muchas ocasiones no hacían sino confundir las cosas y contradecirse unos con otros. Pero nos divertíamos.

Entonces llegó la nueva generación, y all, sinceramente, te perdí la pista. Sólo sé que de los casi infinitos videojuegos que se han hecho sobre tí, el reparto ha acabado aumentando hasta superar la plantilla habitual de Ankawa. Aunque por muchos secundarios interesantes que aparezacan a lo largo de los años,ara mí siempre serás único e irrepetible, ese borrón azul que atraviesa la pantalla con sonrisa pícara, perseguido por un hilarante villano de hondas hechuras y bigote frondoso. Me resulta difícil poder decir por cuántos años felicitarte. Si seguimos el canon oficial, contabas con unos 15 años durante tu creación, así que ahora rondarías la fatídica treintena. Sin embargo, tienes la suerte de vivir en un mundo atemporal, donde siempre serás un jovial adolescente, y podrás tumbarte al sol y disfrutar de la vida entre aventura y aventura. Suertudo tú, que nunca tendrás que pagar una factura o soportar a un jefe amargado. Felicidades, Sonic. Y que cumplas muchos más.



Saludos desde OK Corral

3 comentarios:

Tokaidin dijo...

me flajelo a mi mismo reconociendo

Tokaidin dijo...

que en mi ñiñez era fan del jodio fontanero Mario y me peleaba con los fans de sonic. que verguenza xd

Raven dijo...

XDDDDDDDDDDD Nah, a mí me pasaba algo parecido. (Bueno, en realidad lo único que hacía era apoyar a los de Sega en las famosas discusiones del correo de la Hobby Consolas. Que yo sepa no había nadie en mi entorno que prefiriera a Mario)