lunes, diciembre 31, 2007

Haciendo el meme

(Música del Día: The Delgados - Keep On Breathing).


Navidad, navidad, dulce navidad... pasa un año más y a nuestras puertas vuelve a llamar el gordo riseueño con ropas de gnomo, el niño regordete y de mejillas sonrosadas y los tres primeros groupies globalizados de la historia. En otras palabras, es el Solsticio de Invierno, perdón, la Natividad y el año se aproxima hacia su inevitable fin. Personalmente, encuentro que este año no ha sido especialmente memorable ni el aspecto privado ni en el profesional: sigo sin novia, la carrera discurre por aguas estancadas, en materias creativas ha sido un año bastante seco... En fin, que el año se ve bastante bien retratado en los textos de este sacrosanto blog: 12, incluyendo este, bastante cortitos y que en muchos casos únicamente servían como mera excusa para encasquetar algún video o webpeich bastante chorrón que me había hecho gracia. No he sido el único que ha encontrado este año bastante nefasto: Bergman, Antonioni, Muhe, Fernán Gómez, Umbral, Mailer... parece que se hubieran puesto de acuerdo todos para morirse en las mismas fechas. Un año como este y nos quedamos sin cultura. En fin, esperemos que este 2008 (bicentenario del levantamiento contra el ejército francés, ese momento tan heroico y a la vez tan lamentable de la historia de nuestro país) sea mejor que el año que va. A diferencia de Odelay y otras decenas de peiches que acaban de resumir el año en una bonita lista, yo prefiero acabar el año a manera de lavativa, con un meme caído del cielo rebotado por la página afín El Caos en Frío que me ayude a purgar este año y entrar limpio a este nuevo año. Además la naturaleza del meme ayuda bastante a esta retórica tan empalagosa, porque en el fondo no se trata mas que de de una lista de propósitos de año nuevo algo inflado. Se trata del "Meme de las 8 Cosas", en el que tengo que numerar las 8 cosas que tengo pendientes por hacer. En mi caso son bastantes más de ocho, pero bueno, incluso dentro de mis tareas pendientes tengo prioridades, así dejémonos de rollos y vayamos al grano de la cuestión. Allí van mis 8 cosas.

REGLAS:

a) Cada jugador comienza con un listado de 8 cosas. Da igual las que sean, pero que sean 8
b) Tienen que escribir esas 8 cosas en su blog y junto con las reglas del juego.
c) Tienen que seleccionar a 8 personas más, invitarlas a jugar y anotar sus nombres o el nombre de su blog.
d) No olviden dejar un comentario en sus blogs respectivos de que han sido invitados a jugar, refiriendo al post de tu blog “EL JUEGO” o “El meme de las 8 cosas”.

1.- Tengo que dedicar más tiempo a escribir. En mi situación actual, puedo pasarme meses sin tocar la máquina de escribir. En alguien que quiere ganarse la vida escribiendo es algo malo. Las proximidades del premio Pablo Rido pueden ayudar al caso.
2.-A ver si para este 2008 acabo, o al menos dejo encarrillada, la novela que empecé hace tanto y de la cual llegué a la astronómica longitud de un párrafo y medio.
3.-Docenas de historias en la cabeza y no he empezado ni un puñetero guión. Si al menos he acabado uno cuando llegue el final de año, me daré por satisfecho. En concreto, "Wolftown", Las Aventuras de Gertrude Barrows, mujer de peligro" y/o "Reino de Nieblas" serían buenas opciones.
4.-Desearía que mi rendimiento universitario mejorara un poco. No que llegue a los niveles de Bachillerato (o sí, ya puestos), pero que la falta de tiempo y mi pereza no ejercieran tanta influencia.
5.-Hablando de materias de enseñanza, desearía aprender a tocar la guitarra de una maldita vez, que hace año y medio que no la toco. Y me refiero a "tocar" como "ponerle la mano encima", no como la otra acepción.
6.- Sin olvidarnos de aprender a programar, claro.
7.- Me gustaria visitar Japón. Siempre he tenido curiosidad sobre si Osaka de noche parece realmente Los Ángeles en el 2019 o es una ida de olla de Ridley Scott.
8.- Ah, y leer de una condenada vez el "Ulises". Junto con los alrededor de cuarenta y tantos libros que cogen polvo en mi mesilla.

Bien, ya está. Creo que es una buena lista de tareas para hacer este próximo año, no sé qué opinarán. Veamos con qué listas me sorprenden las víctim... los receptores del meme que voya designar. A saber, Odelay, Jeidi, The Cat Army, Juanma Santiago y Álex Vidal. Lo sé, no son ocho. Pero no me lee tanta gente como desearía, y hay ciertos blogs de los que soy asiduo cuyos autores me imponen demasiado respeto como para "rebotarles" un meme, así que me he retringido a aquellos con quien tengo una relación más estrecha y/o cordial.

Feliz año nuevo y que disfrutéis con vuestros memes.

Saludos desde Ok Corral...un año más.

martes, noviembre 27, 2007

Pausa Publicitaria

Sabe usted, amable lector, que no soy lo que se dice muy dado al posteo porque sí y a la saturación provocada por la entrada banal y frívola. Vamos, que no me da por colgar muchos vídeos chorrones en esta sacrosanata web. Para eso ya tengo la sección "Chorradas del Día", y tal y cual Pascual. Por si eso fuera poco, tengo actualmente poco tiempo libre en la Universidad y un cierto retraso en los artículos de este blog al que maltrato tan repetidamente con mi ausencia. Trato de decir con esto que no debería estar escribiendo este texto. Me urgen otras actividades un poco más importantes.

Sin embargo, he sido incapaz de resistirme.

Todos sabemos que una de las mejores cosas de la Navidad son esas maravillosas campañas publicitarias que se realizan. Algunas son tan buenas que llegan a provocar que nos olvidemos que en el fondo no son mas que una argucia comercial para provoca que consumamos más y mejor, lo cual a mi juicio es extremadamente meritorio (que nos olvidemos de ello, no que sirvan para vender). Especialmente dos compañías las que más se lucen en estas fiestas: Coca-Cola y Freixenet.

Especialmente es la compañía catalana es la que más se luce. De acuerdo, Coca-Cola hace anuncios más entrañables, emotivos, divertidos... pero en lo que a espectacularidad y glamour se refiere Freixenet se lleva la palma, con esas cornucopias vaudevillescas de artistas invitados y magia televisiva. Pero, claro, si el truco se utiliza muchas veces al final acaba quemándose. Así que este año se han traido de los Yuesei a Martin Scorsese para que les preste un par de trucos nuevos.

Así es. Martin-fucking-Scorsese ha dirigido él spot navideño de este año. Una especie de "cortometraje documental" donde se narra el rodaje por parte de Scorsese de un "guión perdido" de Hitchcock.

En serio, provoca lágrimas de emoción. Entre las apariciones del "pequeño gran hombre" (Scorsese), y el "metraje" de la "película", con esos homenajes cariñosos al "gran gran hombre" (Hitchcock), entre los que se cuentan la hermanniana música, una rubia fatal e incluso un plano calcado de "La Ventana Indiscreta", son 10 minutos de pura gloria. 10 minutos que demuestran que la publicidad puede ser un arte audiovisual de tanta enjundia como el cine o el documental si se cuentan con unos publicistas imaginativos y con profesionales con talento detrás suyo.

Aquí tienen el enlace, para que lo disfruten ustedes también:


En fin, como decían en Escolar.net, esto SÍ que es publicidad.

(Fuente: Escolar.net)

Saludos desde OK Corral.

martes, octubre 16, 2007

A Arturo Pérez Reverte le gusta "Vampiros"

"...ese espléndido conde Drácula, cuya engañosa ancianidad y bigote blanquecino quedaron borrados para siempre, en la iconografía clásica del mito –160 adaptaciones cinematográficas–, por la magnífica palidez engominada de Bela Lugosi, la elegancia aristocrática de Christopher Lee, la escalofriante cortesía de Frank Langella y todas las derivaciones, variantes o sucedáneos generados en torno; desde bodrios infames para la tele hasta obras maestras como el mítico, genial, "Vampiros", del maestro John Carpenter. "

(Arturo Pérez Reverte, en su artículo de "El Semanal" de hace dos domingos.)

Creo que con eso se ha dicho todo.

Saludos desde OK Corral.

miércoles, octubre 10, 2007

Jigoku Shoujo: billete de ida al infierno... y vuelta

(¡AVISO! Este texto está rellenito de spoilers y demás fauna indeseable. Si no has visto Jigoku Shoujo, o tienes planeado verla, es muy poco recomendable que lo leas.)

Música del día: Twisted Sister - Burn in Hell

¿Odias a alguien? ¿Lo detestas? ¿Desearías verle sufrir? Si es así, entra en jigokutsushin.net al filo de la medianoche y haz tu deseo realidad... al precio de tu alma.

Jigoku Shoujo es un anime realizado entre 2005 y 2006 por el Studio Deen (que, entre otras cosas, ha realizado Estás Arrestado, las OVA´s de Ranma 1/2 y Read or Die y -oh my gosh- la "película" El huevo del Ángel [Tenshi no Tamago, aquí]). La serie, compuesta de dos temporadas, Jigoku Shoujo y Jigoku Shoujo Futakomori, narra las vivencias de Enma Ai, una entidad sobrenatural que se venga por aquellos que no pueden hacerlo. Ayudada por otros tres espíritus -Honne Onna, una hermosa mujer; Ichimoku Ren, un joven apuesto y descarado; y Wanyuudô, un anciano calvo y de rostro risueño-, Ai se encarga de llevar a cabo las venganzas de sus clientes. La cosa funciona así: si te introduces a las doce en punto de la noche e introduces el nombre de aquel al que odias, Ai lo enviará instantáneamente al infierno. Por contra, una vez mueras tú también irás irremisiblemente al infierno. A partir de ahí, la decisión es tuya.

La serie, adoptando -y abusando, lo cual a la postre se convertirá en uno de sus mayores hándicaps- esta sencilla estructura de abuso-incremento del abuso-desesperación-intervención de Ai-epílogo, presenta así una plétora de situaciones y personajes que, trazados en sus líneas más elementales -no da para mucho en 20 minutos-, sirven para construir un drama efectivo y sólido, preparado para que empaticemos con la víctima y deploremos al agresor. La variedad de situaciones presentadas -amores rotos, engaños políticos, asesinatos encubiertos, asaltos, chantajes...- asegura que una gran parte del espectro humano quedará cubierta. Por contra, la continua reiteración en esa estructura fija -lo comenté antes-, provoca la seguridad de que el pobre agredido esperará hasta el límite de lo intolerable la situación que le llevó a pedir la ayuda de Ai. No es para menos, teniendo en cuenta el alto precio a pagar.

No importa. En última instancia, es el elemento dramático el que nos sigue arrastrando a ver semana tras semana el obligatorio capítulo. Esas set-pieces de sadismo calculado que llevan a una única e inevitable conclusión, y en más de una ocasión, una conclusión que no soluciona el problema -ya en el enfangado terreno de lo irresoluble-, sino que tan solo trae algo de paz de espíritu al que decidió empeñar su futuro. Una paz, en última instancia, pasajera, pues todo el que solicita el servicio tiene la certeza de que en la última estación del trayecto su torturador les esperará de nuevo.

El Japón que muestra Jigoku Shoujo es una sociedad cruel y árida. Con la excusa de la dinámica acosado/ acosador, se examinan y se cuestionan duramente muchos de los supuestos de la sociedad japonesa. En última instancia, se habla de problemas que aquejan al conjunto del género humano. Arribismo, desengaños políticos, mercadeo carnal... La conclusión clara es que el ser humano es malvado, posesivo y violento por naturaleza y el Correo del Infierno se creó como válvula de escape para esa iniquidad. Especialmente amargas son las reflexiones de Wanyuudô, cuando comenta algunos de dichos comportamientos. Esta crítica tiene un halo ciertamente conservador, al venir de mano del típico anciano un tanto gruñón que se queja de las luces deslumbrantes y de los fugaces coches de la gran ciudad, pero no por ello deja de ser menos acertada. Obviamente, siempre queda el resquicio de esperanza de las buenas personas, pero en muchos casos esa clase de personas solo están ahí para ser abusadas. En el fondo, lo que prima es la naturaleza de la Bestia.

Otra de las grandes virtudes de la serie es su magnífica ambientación. Esta ambientación trabaja conjuntamente en dos sectores: el de animación y el de diseño. En cuanto al primero, nada que objetar. La animación es fluida y perfectamente realizada, con tintes preciosistas -la casa donde vive Ai, enclavada en un perpetuo crepúsculo, parece recién sacada de un cuadro de Monet-. Los movimientos de los personajes son creíbles, y el trazo es fino y delicado, dejando oportunidad para detalles que enriquezcan el acabado general de la imagen. Si acaso, podríamos quejarnos de la manía de los ojos como puños que aqueja a muchos de los mangakas actuales, y este caso no es diferente: para una obra de horror, resalta negativamente. También se podría haber acompañado de algo más de oscurantismo visual. Su exacerbado "realismo" a veces trabaja en contra de la atmósfera, por lo demás ricamente elaborada. Pero donde realmente resalta Jigoku Shoujo es en el diseño. Tanto en el diseño de personajes como en el resto. Los personajes, a pesar de poseer un, ya lo hemos comentado, ánimo más "realista" que otras obras (sin llegar a los excesos de un Boogiepop Phantom o un Jin Roh), son fácilmente reconocibles entre sí y en muchos casos tienen una personalidad discernible. Resalta especialmente el diseño de Ai, una preciosidad imperturbable de largo cabello negro, ojos rojos y palidez marmólea, fuertemente influida por el movimiento gothic lolita (de hecho, los creadores hacen sana mofa de esa misma influencia en uno de los capítulos, en los que un peculiar chico con poderes transforma a Ai en una perfecta sosias de la groupie visual típica), aunque tampoco se queda atrás el del resto de los personajes. Pero personalmente me quedo con el diseño del mundo donde se desarrolla la acción. Aunque aparente la trama sea una reformulación más de la tecnofobia militante de la que hace gala el terror nipón de unos años a esta parte, con un medio tecnológico (en este caso el Internete) como llave a un mundo de espanto y pavor, visualmente entronca en raíces mucho más tradicionales del folklore japonés. Los episodios están llenos de yôkai, objetos con conciencia propia, kimonos, carros llameantes, y evocan de manera innegable el espíritu del ukiyo-e y el grabado japonés, prolífico en imágenes de pesadilla y estampas infernales. Rescatando el espíritu, más arcaico pero más auténtico del kwaidan o cuento fantastico añejo y de las películas de Nobuo Nakagawa y demás cultivadores de un horror netamente japonés, la serie presenta imágenes de esqueletos, pozos de sangre, y deformaciones a caballo entre un ambiente onírico y surrealista, sobre todo en las secuencias donde los cuatro espíritus juzgan y echan en cara los pecados del agresor, sean imaginarios o no.

Porque esa es otra. Las peticiones atendidas por Ai no tienen por qué ser sensatas, razonables o justificadas. Hasta el octavo capítulo, todo se desarrolla en campos del maniqueísmo más ortodoxo. El que va al infierno, se lo merece. Es un hijoputa. Punto final. Sin embargo, paulatinamente la figura del periodista y padre -un tanto desastroso en ambos campos- Hajime Shibata, aportará algo de ambigüedad moral -no mucha, los cambios radicales en este campo se producirán sobre todo en Futakomori- a la trama. Escéptico al principio, luego comprendiendo las terribles implicaciones del Correo del Infierno, se embarcará en una cruzada personal -aquí "personal" adquiere connotaciones más íntimas de lo que en un principio da a entender- por acabar con el Correo. Es un hombre adulto, con complejidad adulta, el cual difumina la ilusión adolescente en la que se basa gran parte de la trama, aquello que postula que todos los que van al infierno en la serie es por razones justificadas. La ordalía de Shibata tiene raíces muy antiguas, al igual que su relación con Jigoku Shoujo. Sin saberlo, es antepasado de un campesino que conoció a la Ai humana. Más bien, se enamoró de ella. El único amigo de una chica marginada y tachada de maldita en una miserable aldea, el antepasado de Shibata la ocultó y la protegió durante años cuando esa chica fue designada como sacrificio para el Dios de la Montaña. Eventualmente, fueron descubiertos; en una escena difícil de olvidar, el pueblo al completo, toda la manada de buitres ignorantes y aterrizados, obligan a Sentarô a enterrar viva a Ai y a sus padres. Es una imagen memorable, una auténtica ensalada emocional donde se dan encuentro el miedo a lo desconocido, lo más deplorable del "comportamiento-colmena" (velemos por el grupo, jodamos al individuo), y el amor traicionado. Tras el ritual, Ai vuelve, para encargarse de sus asesinos. El infierno la condenará a ser Jigoku Shoujo por ello. Obviamente, cuando los recuerdos reprimidos vuelvan y reconozca a Shibata y su joven hija Tsugumi, la ira de Ai no tardará en desatarse, en un final convenientemente apocalítptico y emotivo.

Jigoku Shoujo Futakomori, la segunda temporada, es una mejora exponencial en un material de gran calidad, aunque innegablemente mejorable. En todos los aspectos: el técnico -es sorprendente lo que llega hacer la animación- y el argumental. Los creadores, percatándose del desgaste que la estructura básica de la serie tenía en sus últimas instancias antes del explosivo final (obviando, cómo no, aquellos capítulos sueltos sin estructura clónica, de largo lo mejor de la primera temporada junto con el final), decidieron tirar la casa por la ventana junto con las ansias reiterativas. Rayando en ocasiones lo psicotrónico, y lo forzado, la riqueza argumental de cada capítulo suelto se eleva al máximo. Se relativiza al completo la figura de Ai, marcándola con una etiqueta de clara amoralidad, mientras lleva al infierno a personas no completamente malas e incluso simpáticas. También conocemos por fin el origen de los carismáticos sidekicks de Ai; hijos, como no se podría esperar otra cosa, del mismo desengaño, el odio y la inquina que creó el Correo del Infierno. También se añadirá un nuevo y misterioso personaje, Kikuri, una malévola niña que parece disfrutar sembrando el caos y a la que sólo Ai parece poder controlar.

Si alguna pega se puede sacar a esta, por otro lado, excelente temporada, es precisamente esa excesiva insistencia en el capítulo standalone. Le falta una metatrama que cohesione todo el transcurrir de la temporada, algo similar a la presencia de Hajime y Tsugumi en la primera, defecto que ha demostrado ser el talón de Aquiles de muchas series (The Dresden Files me viene precisamente a la cabeza). A pesar de los apetitosos bocados que paladeamos en ocasiones, al final se desea un plato algo más consistente, por así decirlo.

Esa consistencia llega, precisamente, en los últimos seis capítulos. Como si de un descarrilamiento furibundo se tratase, se condensa en esos seis capítulos todos los sentimientos desatados de los que hacía gala el final de la primera temporada, en una dosis rápida y furiosa. Retomando uno de los capítulos más malencarados de toda la temporada, en el que un niño veía como un acosador desconocido iba destruyendo paulatinamente a su familia, el final de temporada, casi una película por sí solo, nos vuelve a sumergir en la dinámica de envidias, rencores y resquemores de un microcosmos cerrado y desencantado, derivando en un "apocalipsis de clase media" de aires muy ballardianos. En este contexto, los ecos del pasado de Ai vuelven a manos de Takuma Kurebayashi, un infortunado muchacho del cual la gente del pueblo abusa sin razón. Sólo el sacrificio de Ai por Takuma acaba cerrando el ciclo autodestructivo del pueblo y acaba con el calvario tanto del chico como de Ai y su familia, mantenida como rehén durante 400 años por el Señor del infierno, un seguro para certificar que Ai cumpliera su trabajo. Sin embargo, eso no significa la desaparición del Correo del Infierno...

Tal vez haya sido excesivo con las alabanzas. Tal vez haya sobreanalizado la importancia de la serie. Lo más probable es que en realidad sólo haya un par de verdades tras el entusiasmado discurso, y que incluso el recuerdo de la serie se vaya diluyendo con el tiempo. No importa. Esta es la crítica que el cuerpo me pedía hacer tras el apoteósico final, la crítica de una serie escalofriante, hermosa, estética, bella, esperanzadora por momentos, y que incluso se atreve a ser épica en su pequeñez.

Saludos desde OK Corral.

viernes, julio 27, 2007

Citas (VIII)


"Siempre imaginé que el paraíso sería algún tipo de biblioteca."
(Jorge Luis Borges, escritor)

lunes, julio 23, 2007

Al representante de la Casa Real que va a leer esto.

(Música del día: Ska-P - Simpático Holgazán)

Es usted un impresentable

Ese epíteto podría dedicarse por muchas razones. Desde luego, no por el secuestro de "El Jueves". No creo que los miembros de la Casa Real tengan papel en este desaguisado. No son tan tontos como para arriesgar la estable imagen que los años y los medios les han construido por una pataleta. Pero hay muchas más razones para lanzárselo. Por ejemplo, por ese seguimiento de cualquier mínima actividad internauta que haga referencia a la Familia Real, la más irreal de las familias del estado español, puesto que más bien parece sacada de un cuento de hadas o de La Tribu de los Brady. Por el mutis por el forro que está realizando el órgano estatal al completo. Por el pastón que cuesta su mantenimiento a los españoles tras cada año para una tarea bastante idiota. (Y antes de que lo pregunte, me refiero a la tarea de caza potenciales perjuros a la figura monárquica. Con respecto al anacronicismo de la función real en estos tiempos que corren, creo que es algo cae por su propio peso. No me vengan con tonterías de "es que el Rey es una gran carta de presentación para España, y una gran figura que nos representa". Para eso ya están los embajadores. Salen más baratos.)

Pero esta en concreto va por no no tener los cojones de condenar una decisión judicial que en aras de la "decencia" y del "honor" demuestra que la libertad de expresión solo existe para decir "si, señor".

Enhorabuena, idiota.

Saludos desde OK Corral.

Un pájaro

(Música del día: Vangelis - La Petite Fille de la Mer)

Te voy a contar una historia. Una historia de cuando trabajaba en el periódico. ¿Te acuerdas, verdad?

Yo era el encargado de la sección de sucesos. Nunca te lo dije. La verdad, me daba un tanto de vergüenza. Muertes estrafalarias, decesos rocambolescos, en fín. Distribuía a mis subalternos por los focos de morbosidad de la ciudad, un poco como un campesino siembra las semillas de lo que luego espera cosechar. Yo mismo me dedicaba a finalizar el trabajo al que el equipo era incapaz de llegar. Solía escribir con bastante asiduidad. En una ciudad grande la afluencia de crímenes sórdidos e incidencias violentas es algo como una corriente de piedra, aplastante e imparable, y sobre todo constante. Me tomaba mi trabajo con bastante indiferencia. Hechos y sólo hechos, era la mercancía que vendíamos. Nada de personalizar. Quién ha muerto. Dónde. Cómo. Por qué. Era en el porqué donde residían los bocaditos más jugosos, servidos con mimo profesional para deleite de los lectores. El diablo está en los detalles, dicen. Bueno, pues es verdad. Fulanito ha sido asesinado, blablabla, su cuerpo se ha encontrado en tal sitio, yaddayadda. Ah, y ha sido su mujer por motivos pasionales. Al parecer el pobre cabrón le ponía los cuernos con con una fulana quince años menor que él. Curioso, ¿no?

Un dia, volviendo del trabajo, me tropecé en la calle con un pájaro muerto. Era muy hermoso, y muy triste. De hecho, verlo ahí, en el suelo, me pareció lo más triste de mi vida. Estaba tirado, ladeado sobre los adoquines. Un guacamayo, un loro a medio crecer, un periquito; algun pájaro exótico de los que los turistas compran cuando visitan algún paraíso virgen. Era una explosión de colores. Haberlo visto volar tendría que haber sido como ver un caleidoscopio con alas, flameando en mitad del cielo, con una cualidad refulgente radiante de vida. Tenía una ala medio extendida, colocada sobre su cuerpecito rechoncho, a medio camino de su cabeza. Eso y sus ojillos cerrados le daban el aspecto ensoñador de durmiente reciente. Un gesto muy humano, en un pequeño pajarillo.

Lo estuve mirando un rato largo. Después, pasé de largo. Al llegar a mi casa creo que lloré. No estoy muy seguro.

Al día siguiente, pedí mi dimisión inmediata. Por alguna razón, me resultaba inconcebible escribir sobre desgracias ajenas pensando en un pájaro muerto.

domingo, mayo 27, 2007

Chorrada del día n 5

Sí, lo sé. Son demasiadas entradas de chorradas para una misma semana. Estoy seguro que ustedes, estimados lectores, desean algo de más enjundia. Pero este link me ha enamorado:

http://de.fishki.net/picsn/whatislove.swf

Tarda un rato en cargar pero merece la pena profundamente. 20 "versiones" de ese mito dance que es What Is Love en una misma página con sus correspondientes animaciones en .gif no es algo que se encuentre con mucha frecuencia. Atención especial a la cuarta, la quinta, la séptima y la décima. Simplemente hilarantes.

Saludos desde OK Corral.

miércoles, mayo 23, 2007

Todos somos etarras

(Maestro, toque algo adecuado para la ocasión).

O eso es lo que se deduce de las declaraciones de nuestro querido expresidente, apodado cariñosamente por un servidor como "el enano con bigote" y no tan cariñosamente como "esa babosa nazi con mostacho a la que incomprensiblemente le siguen permitiendo acceso a un micrófono". Vean, vean si no me creen:

Aznar: "Todo voto que no vaya al PP será para ETA"


"Mirusté, es un hijo de la grandísima puta. Pero se lo digo con cariño, eh."


Todo voto que no se dirija al PP será un voto para ETA. Pero qué huevazos.

Fíjense que no dice "Todo voto dirigido al PNV o a HB será para ETA", que es algo más o menos demostrado, sobre todo en el segundo caso. Ni siquiera "Todo voto dirigido al PSOE será para ETA", que ya de por sí sería grave, pero entendible teniendo en cuenta el ambiente caldeado de campaña política y tal y cual Pascual. No, no.

Todo voto que los españoles depositen en las urnas destinado a un partido que no sea el PP, estará destinado a que ETA se haga con la hegemonía política y social de España. Todo español que no vote al PP es un colaboracionista del terrorismo asesino y represor.

Acaba de llamar "terrorista" por la jeta a 25 millones de españoles y nadie le ha denunciado por difamación e injurias todavía. Menudo fiera. Un as de la legislatura, aquí el hombre. Los años estudiando Derecho tenían que hacerse notar.

Porque, vamos a ver. Sus declaraciones implican que todo aquel que va a votar al PSOE, a IU, a CiU, al PAR, a la CHA, al BNG, a EA, a CC, al PNV, a ERC... incluso los que votan en blanco o han visto anulado su voto (si, esos también. ¿Qué se pensaban esos rojillos sediciosos, que nos íbamos a olvidar de ellos?) han incurrido en un delito de colaboración con banda armada. Eso supone, si el rápido vistacillo en Google no me falla, de cinco a diez años de prisión y una multa de 18.000 euros según el artículo 576 de la Ley Orgánica 10/1995 del 23 de Noviembre del Código Penal. Para esos 25 millones de españoles que, según el recuento de votos de las últimas elecciones generales, NO votaron a su partido.

Va a haber un poco de superpoblación en Alcalá- Meco dentro de poco, ¿no? O eso tendría que ocurrir si viviéramos en el mágicomundoperfecto de Josemari. Todos enchironados como perras. You are all nicked, you damn independentists commies. O algo así. Es una suerte que, como a todos los cerdos impresentables del mundo, le pueda más la egolatría y confunda la realidad con lo que él desearía que fuera. Pero no deja de ser lamentable que se le siga dando repercusión mediática a alguien que es claramente un borracho y un peligro al volante. Alguien tendría que tener algo de visión y dejar de prestar atención a un niño mimado que obviamente todavía está demasiado enrabietado porque alguien le quitó hace casi cuatro años el sillón donde se ponía a jugar con sus juguetes.

Pero no deja de resultar aún más lamentable que esta excusa barata de ser humano decidiera durante 8 años los destinos de esos españoles que hace unos días despreciaba.

En fin, todo pueblo tiene el gobernante que se merece.

Saludos desde OK Corral.

martes, mayo 15, 2007

Chorrada del día nº 4

Pululando hoy por el internete, me he encontrado con esto:

http://www.somethingawful.com/d/photoshop-phriday/grindhouse-movies.php?page=11


Para los demasiado vagos como para dar un click con el ratón, se trata uno de las muchas competiciones de fotomontaje que surgen en esta WWW nuestra, en la que un montón de frikis sin vida social demuestran lo aburridos que pueden llegar a estar*. Lo gracioso de esta en concreto es que el desafío consistía en remozar los carteles de las películas favoritas de los participantes para convertirlas con un par de efectillos y filtros varios en auténticos carteles de películas exploitation de los 70, esas entrañables películas llenas de tetas y tripas** que Quentin Tarantino y Robert Rodríguez (los frikis con menos vida social de todo el mundo) han decidido homenajear con su Grindhouse (película que promete ser apoteósica). La verdad es que son todas muy buenas, en la mayoría de los casos no se nota el photochop y han salido algunos casos realmente escacharrantes (léase el caso de "Hary Potter y la piedra filosofal"). Pero sin lugar a dudas la mejor de todas es esta:




Saludos desde OK Corral.

* ¡Y eso lo dice alguien que tiene un blog! :P

** a.k.a. La Combinación Perfecta.

PD: Lo sé, es una auténtica mieeeeeeerda de entrada para vovler después de 2 meses de desidia sistemática. I´m sorry.

martes, febrero 27, 2007

I Am Trying To Believe

hello america.

wake up.

wake up for another day. this makes the 5000 day after the war. 5000 days after tinseltown shone for a final blaze of radioactive glamour. 5000 days after the beginning of the parepin age.

have all your prayers been rose to the lord? switched on your TV again? drunk your glass of water? good. you are good boys. the department of morality would be proud of you.

i chose not to drink water. not to drink parepin.

now i´m clever.

now i´m sharper.

now i see all is going through the motions.

and i can tell you see a lot of deep shit when you are on the other side of the mirror. i can see the lies. the manipulation. all the rotten pillars of the new american dream. some drug- induced dream. their dream, not ours. the dream of some maniacal engineer who thought that he could be the substitute of god. or stick it down our throats, until we were so suffocated we couldn´t complain.

(i saw a police smashing the brains of a poor muslim kid. his only crime was being in his way).

parepin made me numb and clumsy. it gave me headaches so strong that sometimes i fainted of pure pain. but i drank it, beacause the government told me it was good for me.

the government. such a bunch of hypocrtitical pigs. swimming into their own loathe. wish they drown on a tide of bile. that would be real justice, neither poetical nor brutal. not like we did on iran. just pure justice.

but one day, i just decided to let it pass. one day without water. it was tough. long. and revealing.

for one day, my senses wern´t bloated. the headaches gone.

for the first time in the parepin age, i could see.

and i didn´t like what i saw.

i woke up that day. this is the time that all of you open your eyes. before it´s too late. before free will turns only into a word in the dictionary.

would you dare to cross the line too?

http://www.iamtryingtobelieve.com

i want to believe, but i don´t want to believe alone.

jueves, febrero 01, 2007

Pynchon-ism

(Música del Día: Autechre - Xylin Room).

Hace mes y medio, más o menos cuando este servidor de ustedes dejó colgado este blog (la desidia es muy mala consejera. Mark my words), algo mágico ocurrió en mi vida. Entró una persona en mi vida. No, no es lo que ustedes se piensan: para mi pesadumbre, sigo soltero. En realidad, ni siquiera se puede decir que entrara de una manera física, algo muy común en la sociedad desligada y globalizada que contribuimos a crear. Tampoco se puede decir que lo conozco (y dudo que nadie salvo los muy allegados a su persona lleguen a conocerlo jamás). Digámoslo ya, ha entrado en mi vida en forma de sus hijos. Su progenie. Sus libros.

Thomas Ruggles Pynchon Jr. ha tenido el honor de convertirse en mi descubrimiento literario del 2006, a menos de un mes de su deceso y óbito permanente. ¿O he sido yo el poseedor del honor? ¿No he sido yo el que más he obtenido en la relación, más satisfacción y más maravillas, que el nebuloso conocimiento de que hay alguien más, ahí fuera, que ha quedado mesmerizado con el mismo kinetoscopio antiguo y oxidado de tinta y papel que lleva proyectando sombras en el interior de nuestra mente desde el comienzo de la Historia, uno más en la lista? No importa. Un debate así sería infructuoso y nunca llevaría a ninguna conclusión tangible. La cuestión es que yo también he caído en sus redes.

Definir a Pynchon sería un trabajo arduo. Como una personalidad antitética o dual de los escritores que se modelan a sí mismos una personalidad aparejada de sus excentricidades, de sus peculiaridades o del volumen de sus exabruptos (especialmente de ese grupo en España no estamos mal surtidos), Pynchon nos transmite el conocimiento de su persona a través del grito de su silencio, de la carencia de tangibilidad. La búsqueda de datos sobre su persona pronto se transforma en una cacería de entelequias reflejadas en un espejo invisible. No existen fotos ni datos de su vida privada de después de 1967; las fotos que hay de él son de su servicio e la Marina. De hace 50 años. Según los hechos y aforismos que rodean a un hombre desaparecen, la imagen de él se deconstruye, hasta quedar en los huesos. En este caso estos huesos están forrados de las páginas de sus escritos: caóticos, traviesos, esquizofrénicos, bipolares, dicotómicos, tricotómicos y multicotómicos. La escritura de Pynchon es aparentemente aleatoria, engañosamente dispersa. Parece nutrida del caldo primigenio anterior a la forma de la materia, y así se muestra: como un caleidoscopio de palabras obscenas, encuentros delirantes y pausas trepidantes. No es muy difícil desdeñarla por carecer de sentido o aparentar ser los delirios balbucenates de un loco, pero cualquiera que se quede fascinado por su prosa hipnótica y juguetona atisbara a diferentes niveles la comprensión de la existencia de un misterio envuelto en un enigma, el nucleotido subyacente de este cadáver bailarín que hace malabares con las concepciones prejuzgadas del lector y, como un prestidigitador especialmente habilidoso, las hace desaparecer en un rincón de sus mangas.

No es un autor de argumentos, ni de personajes. Sus argumentos, en caso de haberlos, son una mera excusa para hilvanar media docena de delirantes hilos conductores, engarzados de un complejo entramado de personajes, marionetas enfundadas en la pluma de Pynchon. Tridimensionales, pero marionetas al fin y al cabo: su integridad no camufla el vacío infrasestructural. Son los pistones que empujan, aplastan y degluten al verdadero protagonista de la trama: el caos. Una presencia omnipotente, omnipresente y virtualmente indestructible, en todas sus facetas. Caos Onírico, Caos Destructor, Caos Benévolo. Sus párrafos se ven inundados por referencias a todo y a todos, cultura pop, intelectualidad, cine, escatología. Al igual que en su hermana mayor, la monstruosa, inabarcable, lo más cercano a un colapsar en formato bibliográfico, la mastodóntica Ulysses, del irlandés James Joyce (y a la que un día le echaré, con todo el valor que pueda reunir, el lazo), la prosa de Pynchon está repleta de ese stream of conciousness, esa concatenación en tiempo real de los pensamientos e interioridades de los personajes, y de guiños a toda clase de demostración cultural. En Pynchon también se ejemplifica el proceso típicamente posmoderno de desmantelar los postulados culturales imperantes hasta el momento y barajarlos como si de unos naipes se tratasen, poníendolos en solfa a cada paso. A cada página un género, a cada párrafo una nueva hibridación. Surrealismo escatológico, ciencia ficción de época, drama bélico romántico. En un entorno carente de tiempo y de espacio como es el de sus novelas (dentro de la misma sentencia, puedes pasar de estar en la Segunda Guerra Mundial a visitar los pasos de celacanto de una familia recién arribada a las costas norteamericanas en el siglo XVIII, después de lo cual bien podemos realizar un tour guiado por un laboratorio en Japón que parece haber sido aplastado por la inmisericorde zarpa de Godzilla), donde todo forma un remolino caleidoscópico, seductor, el lector acaba formando parte de ese circo maníaco, intrascendente y aparentemente surreal que Pynchon construye alrededor de algo muy cercano al lector: de todo su corpus cultural. De lo que le hace humano.

Recomendar a Pynchon es una hoja de doble filo. Se trata de un acto demasiado personal, íntimo, como para esperar que su aliteración emocional en otros individuos sea fructuosa. Simplemente, podría decirles que lo paladearan, para que comprobaran si digo la verdad, o no. Sólo así verán si la marca de Pynchon encontrará otra mente donde plasmarse, o no.

Saludos desde OK Corral.