miércoles, febrero 08, 2006

Fracaso

Siempre me ha gustado escribir. Y leer, sobre todo leer. Leía como un carretero; aún hoy mantengo la costumbre de leer varios libros a la vez, y sin marcapáginas. Pero escribir me parecía el oficio más honroso existente sobre la faz de la Tierra. Como todo niño con una imaginación fértil, valoré cualquier trabajo que me pudiera parecer emocionante o atractivo. bombero, alcalde, paleontólogo, arqueólogo (ah, Spielberg, a cuántos niños habrá hecho soñar en todo el mundo). Pero la escritura siempre tenía una posición de honor en mi podio personal. Incluso hoy, años después, inconscientemente le otorgo una mayor importancia artística al acto de escribir, de crear de la nada un mundo vivo y pulsátil con los ladrillos de la palabra, que a cualquier otra encarnación artística. Ilustradores, escultores... siempre me fijaré en los escritores

Obviamente, desde hace tiempo realizo mis pinitos en la materia literaria. Por lo general historias publicadas en páginas web (y fanfiction); suelen tener una acogida de público muy considerable. Incluso a veces impresionante. Por eso mismo he empezado a escribir una recopilación de relatos. Dar el gran paso.

¿Pero por qué jamás soy capaz de apreciar mis propias obras? ¿Porque no tengo la capacidad de ver la calidad que otros ven en mis escritos? En todo momento. Incluso este mismo texto. Cuando lo acabe, asentiré convencido de su coherencia y fortaleza interna; días después lo releere y me hundiré en los abismos de la autocompasión al darme cuenta de que en realidad es pura bazofia. Leo cualquier cosa de cualquier otro escritor, hasta sus obras más ínfimas y menores, y me desepero: me siento como uan hormiga rodeado de gigantes. Nunca he podido equiparar el mejor de mis párrafos al de un escritor común.

Por eso, cuando imagino una estampa de mi futuro, no veo a un director de cine (aquello para lo que estudio) ni a un escritor, ni nada ni remotamente parecido. Veo a un gris oficinista, asentado en un humilde cubículo de la comuna piramidal donde trabaja. Veo a un anciano, llegando a su jubilación, mirando en retrospectiva, y dándose cuenta de que su existencia ha transcurrido en la misma opaca vacuidad que el del resto de la humanidad. Veo la nada.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

A mí también me pasa...y no sólo con lo que escribo, también con los post del blog, ufff, tengo mil cosas escritas en papeles de todos los clores y tamaños, incluso varios intentos de hacer un diario más o menos formal donde dejar constancia por si alguna vez a alguien le interesara...pero vamos, intentos en vano, dejemos en que uno mismo es el mayor crítico..
No creo que Cervantes estuviera contento de su Quijote, ni que Almodóvar esté totalmente feliz con "Solas" siempre hay fallos, siempre hay cosas que mejorar...pero aún mejoradas, siguen pudiendo ser mejores (el hombre es inconformista por naturaleza)...
Si te sirve de consuelo...no te veo en una oficina de las Torres Kío metido todo el día...te veo más de guionista encerrado en su buhardilla estrujándose las neuronas o de director maniático de cortos grabando mil veces la misma escena hasta que quede lo suficientemente pasable para que alguien la pueda considerar perfecta...yo sí que no sé de qué me veo...pero bueno, lo que sea será, y hay que luchar por ello.

Un beso
Marina
PD: Aunque no escriba en los post, no quiere decir que no los lea, ya te lo dije el otro día

Anónimo dijo...

Fuck them. a ese conjunto de "otros", a cualquiera que tenga que opinar sobre lo que escribes. disfruta escribiendo, y punto.

recomendado: no revisar demasiado textos antiguos :P

Raven dijo...

Ese es el problema: que a la gente le suelen gustar mis escritos, pero yo no les veo buenos...

De todas formas, creo que eso también va por épocas, porque acabé muy contento con el texto de "My Own Private Motoko" de este mismo blog, y todavía sigo pensándolo.