jueves, abril 27, 2006

¡Tombstone Express estrena banner!

Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Si eso es cierto, voy a dejar que esta imagen hable por mí:


Así es, como muy sagazmente indicaba el título, Tombstone Express ya tiene un rostro en la Red de Redes. Si en algún foro de internet véis este banner, sabréis que os servirá como puerta de entrada a mis dominios particulares. Tal vez esto ayude a popularizar un poco más esta especie de cosa rara que tengo aquí montada, y obtenga más lectores (que básicamente, es el objetivo de todo blogger que se precie: que sus escritos sean lo más leídos posible).

Saludetes desde OK Corral.

My Own Private Motoko

La siguiente confesión que voy a hacerles no deja de tener su valor, pero allá va. Estoy viendo por vez primera "Ghost in the Shell: Stand Alone Complex" (actualmente, su segunda temporada, 2nd GIG). Y aunque muchos reaccionen con indiferencia ante esta revelación, vieniendo de un shirowmaníaco como yo entra casi, casi en la categoría de pecado mortal; máxime aún cuando la serie es de lo más cojonudísimo que ha pisado los agrestes terrenos de mi disco duro (hogar tanto de lo más abyecto como de la gloria celestial) en mucho, mucho tiempo. Pero bueno, qué podría dar de sí una serie que tiene al propio Maestro como consultor en jefe, honor privilegiado entre pocos (incluso entre las adaptaciones de su obra, una dote extraña y que se da poco). Aunque, para leer cómo un friki enfermo eleva a la sacrosantidad esta serie no hace falta leer Tombstone Express: cualquier página de manga y anime vale. En realidad, de lo que venía a hablar en este pequeño blog de este pequeño rincón de la red esta calurosa noche de Abril es del recuerdo fresco que ha resucitado la serie, el recuerdo del turbulento affaire que tuve en su momento con la mayor Motoko Kusanagi.

Es sabiduría popular que los mangas que realiza Masamune Shirow suelen estar protagonizados por féminas, féminas de voluptuosas carnes y bellezas imposibles, merced al talento pictórico del que hace gala este discreto ciudadano de Kobe, y que suele trasladar dichas féminas a mundos cibernéticos, donde el bit, el píxel y el procesador de datos sustituyen a la neurona y la célula. Cyberpunk en su máxima expresión, aunque existen (maravillosas) excepciones; léase el caso de Orion, obra mitólogico-mágica de complicado entendimiento, pero repleto de delicioso disfrute gracias a su grafismo, su sentido del humor, y sus neuróticos personajes. Pero bueno, no divaguemos. Hasta hora todos de acuerdo: que si Shirow dibuja muy bien, que si sus argumentos son muy complicados, que si sus protagonistas están más buenas que el pan con queso... Pero, ¡ah!, ahí radica el quid de la cuestión. Leona Ozaki, Seska, Deunan Knute, Motoko Kusanagi, Annapuma y Unnipuma... ¿de todas estas starlettes, cual es la más apropiada para ocupar el puesto más alto del podio del star-system particular de las obras de Shirow?

La decisión no es fácil, lo sé. Deunan es muy bruta, pero cosas como el hecho de que cocine tan mal no hace más que resultar más adorable; el complejo idólatra-fetichista que sufre Leona con su tanque Bonaparte entra casi en los manuales de la psiquiatría, y multiplica las risas de la audiencia; y la evidente cabeza hueca de Seska y las Hermanas Puma no hace sino multiplicar sus enteros como personajes con los que encariñarse (aunque lo normal sería provocar justo lo contrario). En definitiva, grandes personajes para grandes cómics. Sin embargo, hay una que se alza por encima de todas las demás. Motoko Kusanagi, claro está.

No nos vamos a andar con rodeos: Kusanagi es la ostia. El copón con ruedas. La polla, vamos. Si hubiera que hacer una comparación apropiada, sería como comparar a, digamos, Kim Basinger o la Pfeiffer, con la diosa Diana, con la cabellera azotada por el viento, arco al hombro, y una carcajada salvaje arrastrada por entre la floresta. No hay color, joder. Claro que, en el caso de Kusanagi, la imagen no estaría completa sin una buena mueca de escojone, y un carruaje con Bato y Togusa enfundados en un par de taparrabos de cuero negro -o de vinilo, que como decían los Reyes Católicos "tanto monta, monta tanto", y ya se sabe que en asuntos de monta sus regias majestades eran unos auténticos expertos- como yeguas de tiro. Las espaldas surcadas de cicatrices provocadas por los latigazos son meramente opcionales.

¿Y qué tendrá esta chica que guste tanto? Pues para empezar: sex appeal. Qué puñetas, lamentable pero cierto. Los peores augurios de las feministas más recalcitrantes se hacen realidad: los hombres somos unos babosos sin escrúpulos, y nos pirramos por un buen par de tetas. Y más si estan tan bien formadas como las de la buena de la mayor. ¿Que es un cuerpo prostético y todo sean implantes cibernetizados? Oye, nadie es perfecto. Lo cierto es que, si un hombre no siente un estremecimiento en la Fuerza ante la visión de este cuerpo curvilíneo, bien formado y sexy con ropa muuy ajustada, es que sus gustos tiran por por otros derroteros. Period, como dirían los ingleses.

Siguiendo con esta lista de razones: carisma. Cada gesto, cada expresión de esta mujer, es suficiente para arrancar aplausos de la platea, como en la canción de La Trinca. Cualquiera, vamos. Seguro que cuando esta mujer va a cagar, un par de niñitos como los de el Príncipe de Zamunda tiran pétalos rosas a la puerta del baño para cuando salga. Por ejemplo, fijémonos en los momentos en los que pone cara de dolor de muelas (que en la serie son los más, a pesar de que en el manga demuestre un desarrollado sentido del humor). Esa mirada "sigue así, y te arrancaré las pelotas y me haré un llavero con ellas". Sencilamente brutal. Los suspiros de admiración atravesarán de punta a punta la sala, tanto del hemisferio masculino como del femenino. Perro de Estroncio es un pichafloja al lado de esta piba, y Duke Nukem le habla de usted y le pide la hora "por favor".

Tercero: inteligencia. Puede que le resulte molesto a alguien encontrar esta característica tan alejada en la lista, pero no es algo que se perciba a simple vista, como los dos primeros. Por lo general, el newbie que se acerca con recelos a esta delicada manufactura audiovisual por primera vez suele percatarse de ello al final del episodio, cuando demuestra el jodido plan maestro minuciosamente perpetrado para dejar a los Boris & Natasha capullos de turno con el culo al aire. Al igual que la audiencia, que se queda papando moscas con cara de gilipollas, mientras la mayor desplaza su culito respingón hacia la salida, ante la obnubilada mirada de la aficción. Y no digamos ya cuando se pone filosófica, la chica. Entonces ya es el acabose. Especialmente la conversación "¿Alguna vez has visto una película que te hiciera llorar?" que tiene con Bato es como para enfundarse en una ridícula túnica naranja, raparse hasta los pelos del culo y empezar a dedicarle mantras toda la puta noche. Si la ven acompañados, no les extraña que extraños jadeos orgásmicos lleguen hasta sus oídos, y tampoco les extrañe comprobar sorprendidos que los profieren ustedes.

Como pueden comprobar, esta mujer hace más que sobrados méritos para convertirse en el sueño húmedo de todo geek prepúber (y más de un postpúber) que se precie. Si hubiera que hacerle notar alguna falla, es del escaso sentido de la moda que demuestra en más de una ocasión. A ver, veamos: ¿nadie le ha dicho que una chupa de cuero no pega con esa especie de tanga de piel de leopardo que suele llevar y que deja al descubierto esas kilométricas piernas que tiene? ¿Habrase visto mayor desatino ante la elección de sus ropajes?. Por si fuera poco, pensad en el frío que debe de pasar la chica durante el invierno... que Tokio no está en el Caribe, vamos. Y salvo que se le ocurra irse a acompañar a Curro durante cuatro meses al año, con esa piel artificial hipersensible que tiene, debe de ser bastante jodido pasar el frío (ya se sabe, además, lo frioleras que son las mujeres). Nada, nada, que con respecto a conjuntitos, me quedo con el traje de asalto, que se amolda perfectamente a sus curvas, y es mucho más sexy y sugerente de lo que aparenta. Fashion made in Soldier of Fortune, que diría Faith Yokas.

Y hablando de sexy y sugerente, ¿no resulta de lo más estimulante pensar en ella con esas partenaires ocasionales que se busca para ejercitar las caderas en la red? Seguro que la libido de más de uno ya está marchando a todo trapo. Personalmente, tenía una idea que concernía a vestimentas de cuero y látigos... pero no, eso es un secretito entre Motoko y yo. ;)